El “agujero” de las arcas públicas griegas alcanza los 350.000 millones de euros
Esta misma semana, concretamente, el jueves 21 de julio, el Eurogrupo celebró una cumbre extraordinaria para analizar el segundo Plan de Rescate de Grecia. Como se recordará, esta reunión tuvo lugar tras la aprobación, el primer fin de semana de este mismo mes, de la inyección para el último tramo del primer rescate, correspondiente a 12.000 millones de euros, con el que el país heleno afrontará sus pagos inmediatos, tras la crisis de su deuda pública.
Dicho rescate está condicionado al duro plan de ajuste que el parlamento heleno aprobó a finales de junio, con el fin de evitar la quiebra de este país en el que, en los últimos años, se han producido una serie de desmanes en el gasto público, causados por un exceso del sistema de bienestar y una amplia corrupción social e institucional, tal y como han reflejado diferentes reportajes de la prensa económica.
“Si uno gasta más de lo que ingresa, acaba en la ruina más absoluta. Durante décadas, eso es, precisamente, lo que ha hecho el Estado griego”, así comenzaba el artículo del suplemento económico Mercados, de El Mundo, el pasado 26 de junio, que incidía en el “inmenso agujero en las arcas públicas de nada menos que 350.000 millones de euros”, que acumulaba este Estado al borde de la bancarrota. Esta cifra equivale a que “a cada uno de los ciudadanos de Grecia que tengan un puesto de trabajo le tocaría pagar unos 175.000 euros”.
Tal y como también apuntaba Libertad Digital, “la deuda total del Estado griego era de 328.000 millones de euros a finales de 2010, un 143% del PIB. Teniendo en cuenta que para este año esperan un déficit cercano al 9%, aunque quizás pueda reducirse algo tras el plan de ajuste, es fácil imaginar que el montante total de lo debido superará los 350.000 millones de euros”. Haciéndose eco de un artículo de Vanity Fair este portal asegura que “sumando los 800.000 millones de deuda implícita por las pensiones, las obligaciones totales de Grecia alcanzan los 1,2 billones de euros. Y hay que tener en cuenta que los ingresos con impuestos no llegan a los 90.000 millones al año”.
Los despilfarros causantes de la bancarrota
El artículo de El Mundo incidía en la cantidad de derroches en los que se había incurrido en el gasto público, como el hecho de que cada vez que un partido alcanzaba el poder contrataba a gente en la Administración a cambio del voto. Por este motivo, se dan circunstancias como la de que “el Hospital Evagelismos (Atenas) tiene en nómina a 45 jardineros para cuidar de las cuatro macetas que decoran su entrada. O por qué en algunos departamentos públicos hay 50 conductores para un coche”.
También se dan casos como el de que los empleados de la compañía ferroviaria del Estado ganan una media de 65.000 euros al año, con un plantilla de 9.000 personas. “Eso explicaría por qué la empresa pierde unos 800 millones de euros al año, y por qué sería más rentable que el Estado pagara taxis a los pasajeros para transportarlos”.
Por otra parte, el principal sindicato de funcionarios griegos arroja datos como el de que “los empleados públicos ganan una media de 1.350 euros mensuales, casi el doble del salario mínimo de Grecia, que es de 740 euros al mes, y por encima, en general, de lo que cobran sus colegas del sector privado”, pero lo más llamativo es que, además, los empleados públicos reciben bonos y pagas extras por los motivos más “peregrinos”: “hay un bono por llegar al trabajo en el horario previsto; o por presentarse al puesto de trabajo correctamente vestido”.
Por ejemplo, otro curioso privilegio del que disfrutan los funcionarios es el que “contempla una pensión vitalicia de 1.000 euros mensuales para las hijas solteras de empleados públicos fallecidos. Se cuentan 40.000 mujeres en esta condición, lo que supone una carga de 550 millones de euros al año para las arcas públicas”.
Otro de los factores que sangran su sistema de pensiones es el de los “jubilados de lujo”. Concretamente, hasta 2010, “los trabajadores griegos se podían jubilar a los 61 años y medio cobrando el 95,7% de su salario. Pero, además, en Grecia existen cerca de 600 categorías laborales que, alegando motivos de salud, podían optar a la jubilación anticipada, establecida en 50 años para las mujeres y 55 para los hombres”. En este sentido, El Mundo señalaba que, entre estas categorías, no sólo se encontraban los mineros, sino “también profesiones tan peligrosas como los peluqueros – por utilizar tientes o productos químicos perjudiciales- o presentadores de televisión, por aquello de que los micrófonos son un criadero de bacterias”. Además, se han detectado casos de 4.000 fallecidos cuyas familias han seguido cobrando durante años la pensión, a los que habría de añadirse los más de 18.000 desempleados que perciben la correspondiente prestación sin tener derecho a ello, según reconocía hace pocas fechas la ministra griega de Trabajo, Luka Katseli.
Por su parte, Libertad Digital también apunta, en este aspecto, que, por todo esto, “no es extraño que los griegos sean los europeos que tienen una esperanza de vida más alta tras su jubilación. Así, mientras la media de la OCDE es de 18,5 años tras el retiro (en España es de 17,9), los helenos pueden celebrar que dejan el trabajo y tienen por delante más de 24 años de plácida existencia”. Entre 2007 y 2060, Grecia será el segundo país que más incrementará el porcentaje de sus impuestos dedicado a pagar pensiones: la factura subirá más del 12%, según datos de la OCDE.
En lo que se refiere a la dimensión del Estado, El Mundo también destaca que, en Grecia, existen “organismos públicos a gogó”. Concretamente, centenares de instituciones y comités, como el que gestiona el Lago Kopais, a pesar de que se secó en 1930. Por este motivo, “el Gobierno ha anunciado que, a partir de octubre, eliminará o fusionará 75 organismos públicos en los que trabajan más de 7.000 personas y que reciben, anualmente, 2.700 millones de euros en subvenciones”.
Evasión fiscal, deporte nacional
En el país heleno, “la evasión fiscal es el deporte nacional”, señala El Mundo. “Se calcula que uno de cada cuatro trabajadores no paga ni un céntimo en impuestos y que, al año, las arcas públicas dejan de ingresar entre 15.000 y 20.000 millones de euros a causa de los griegos que defraudan a Hacienda”. Lo que significa que cada ciudadano escamotea una media de 1.800 euros anuales al Estado.
Libertad Digital también apunta que “menos de 5.000 contribuyentes griegos, en una población de 12 millones, reconocen cobrar más de 100.000 euros al año (en España, con 45 millones de habitantes, hay cerca de 200.000 contribuyentes en este nivel). Por otra parte, se calcula que “los ciudadanos griegos se dejan unos 800 millones de euros cada año en sobornos y mordidas de la vida diaria”. Un 13% de esos pagos van a parar a los funcionarios.