"La salud en el trabajo no es sólo la ausencia de daño sino el estado de bienestar físico, mental y social"
Patricia Martínez, técnico superior de prevención de riesgos laborales de APM
La última sesión sobre "Dinamización de la prevención de riesgos laborales" organizada, el pasado 8 de junio, por la CEN, APM Prevención y el Gobierno de Navarra analizó cómo evitar las lesiones musculares en el trabajo dentro del sector de los cuidadores, auxiliares y personal sanitario.
Los encargados de impartir la jornada fueron Patricia Martínez Lainez, técnico superior de prevención de riesgos laborales de APM, y Jan Rotinen, médico especialista en rehabilitación y doctor del Centro Rotinen.
Patricia Martínez recordó que, "la salud en el trabajo es el estado de bienestar físico, mental y social completo y no sólo la ausencia de daño o enfermedad". El trabajo permite a las personas satisfacer las necesidades de desarrollo profesional pero también puede agredir a la salud si no se realiza en las condiciones adecuadas." El mundo laboral cambia con rapidez y la competitividad obliga a adaptarse a los cambios. Por tanto, "estos cambios suelen permitir mejorar las condiciones de seguridad y salud pero, en ocasiones, provocan nuevos peligros que es necesario controlar", subrayó Martínez Lainez.
Los accidentes de trabajo con baja en el sector sanitario son causados principalmente por sobreesfuerzos y movimientos estresantes, resbalones, tropiezos y caídas al mismo nivel, debido a la manipulación de objetos en lugar de trabajo. La mayoría de estos accidentes los padecen enfermeras, auxiliares de enfermería y cuidadores, aunque también hay una clara incidencia en personal de servicios y limpieza", explicó Martínez.
Los problemas músculo-esqueléticos son considerados como el principal factor de riesgo. Los trabajadores están expuestos a posturas estresantes como torsiones, desviaciones (sobretodo a la hora de mover a enfermos), además de tener que caminar grandes distancias en función del puesto de trabajo. También someten el cuerpo a levantamientos y manipulación de cargas pesadas, como pacientes, y a arrastrar y empujar objetos pesados como camas, sillas de ruedas, carros, etc. Las estadísticas revelan que las manipulaciones y levantamientos son la principal causa de accidente del sector.
Por otro lado, la estructura de la mayoría de los centros está diseñada pensando en los usuarios pero no en los trabajadores que realizan las tareas de asistencia directa con ellos. Por eso, "algunos de los problemas son los espacios de circulación no adecuados, la falta de espacio en las habitaciones, un mobiliario no regulable o inadecuado en la altura de los agarres, excesiva fuerza de operación o controles no ergonómicos", afirmó el doctor Rotinen.
La metodología de análisis ergonómico en este sector ha de ser lo suficientemente flexible como para dar cuenta de los principales factores de riesgo que pueda tener cada profesional en su puesto de trabajo. El estudio de puestos de trabajo se compone de los siguientes pasos: filmación en video de la actividad, determinando las posturas de trabajo fundamentales adoptadas durante la actividad, caracterización y evaluación de los equipos utilizados.
Manipulación manual de pacientes
A la hora de manipular a los pacientes, los trabajadores deben adquirir unos hábitos saludables en la colocación de los enfermos para no sufrir futuros dolores musculares y articulares. Las manipulaciones frontales permiten una ejecución de las labores con poco esfuerzo y facilitan unos patrones de movimiento normales (evitan posturas y gestos inadecuados). La espalda del trabajador siempre tiene que estar recta. Lo que han de flexionarse son las rodillas e intentar transportar la carga "lo más próximo a nuestro tronco" ya que "cuesta mucho menos llevar dos kilos pegados al tronco que hacerlo con los brazos estirados", subrayó Rotinen. Se trata, por tanto, de un esfuerzo menos cansado, trabajoso y se castigan menos las articulaciones.
Manipular, por ejemplo, a un paciente desde una posición de supino a sentado se puede hacer de dos maneras: agarrándolo desde el hombro o disociando hombros y cadera. En el primer caso, se permite una mayor rapidez y comunicación con él aunque se puede desestabilizar ya que sólo se actúa en un lado del cuerpo. De la segunda manera, se presiona en la cadera del paciente de forma firme y se tira del brazo enrollándolo "en nuestra cadera. "Al enrollar el brazo en nuestra cintura, obtenemos una posición muy estable que nos libera la mano derecha", afirmó el médico.
Otros desplazamientos
Desplazamiento lateral en cama por segmentos: Se divide el cuerpo del paciente en tres segmentos: hombros, cintura y piernas y se manipula cada uno de ellos por separado. Supone poco tiempo y no se requiere ayuda. De esta forma, se evitan sobreesfuerzos.
Volteo desde rodilla a prono: El trabajador agarra el tobillo y la pantorrilla del paciente y acompaña el giro de las piernas con su cuerpo. Es un giro muy cómodo para el personal y permite un buen control del cuerpo una vez finalizado.
Volteo a prono con mano bajo rodilla: Se sujeta el hombro con una mano, agarrando el húmero y se pasa la otra mano por debajo la rodilla superior para coger la inferior. El movimiento empieza con la mano que agarra la rodilla. La mano que sujeta el hombro acompaña el movimiento. Esto permite un control del paciente tras la manipulación y no precisa de mucha colaboración por parte de éste. "Con la rodilla se estabiliza al paciente y es útil a la hora de hacer una cama", añadió el ponente.
Con estos y otros hábitos, el objetivo es "la búsqueda de la calidad total de los trabajadores", afirmó Patricia Martínez. De ahí que la ergonomía adquiera especial protagonismo. No sólo tiende a mejorar las condiciones de trabajo con el fin de evitar los efectos negativos sobre la salud, sino que "propone la mejora de aquellos aspectos que pueden incidir en el equilibrio de una persona y en el entorno que le rodea", afirmó Patricia Martínez.