Según la OIT se espera que, en 2020, aproximadamente el 20% de todos los productos manufacturados en el mundo se basarán, en cierta medida, en la utilización de la nanotecnología.
Existe una gran brecha de conocimiento entre los progresos realizados en la aplicación de la nanotecnología y sus efectos en la salud. Debido a la utilización amplia y sumamente diversificada de los nanomate¬riales en la industria, también es difícil estimar el número de trabajadores expuestos.
Órganos normativos como el Organismo de Protección del Medio Ambiente de los Estados Unidos y la Dirección de Protección de la Salud y del Consumidor de la Comisión Europea han empezado a investigar los riesgos potenciales de las nanopartículas, para que puedan comprenderse y gestio¬narse efectivamente.
Qué es la nanotecnología
La nanotecnología hace referencia a la manipulación de sustancias en la escala de 1 a 100 nanómetros, y se basa en un cambio de sus propiedades físicas. Las nanopartículas pueden influir en las propiedades mecánicas de los materiales, como su rigidez y elasticidad.
Existen nanopartículas de origen natural, como los virus, bacterias, el polvo de arena del desierto las nieblas y humos de derivados de la actividad volcánica o los fuegos forestales. Y nanopartículas generadas por la actividad humana, ya sea de forma involuntaria (producción de materiales a altas temperaturas, procesos de combustión, etc.) o de forma deliberada mediante las llamadas nanotecnologías.
El paso de la materia a dimensiones nanométricas hace que aparezcan propiedades totalmente diferentes a las propiedades que poseen dichos materiales a escalas superiores.
Esas propiedades juegan un papel importante en la toxicidad de estas partículas ultrafinas y es importante conocerlas para entender, predecir y gestionar el riesgo potencial que presentan para los trabajadores.
Riesgos de las nanopartículas
Los riesgos principales derivados de las nanopartículas son el riesgo a incendio o explosión y el riesgo vinculado a su toxicidad.
Riesgo de incendio y explosión: el cambio en las propiedades de las partículas cuando pasan a la dimensión de nanopartícula impide la extrapolación de los datos, por ejemplo, de gravedad de explosión de los polvos micrométricos, que indican que cuanto menor es el tamaño de la partícula mayor es la gravedad de explosión. Pero teniendo en cuenta que la energía de ignición de un gas es inferior a la necesaria para la ignición de una nube de polvo, se puede suponer que el riesgo de explosión asociado a una nube de nanopartículas puede ser importante.
Toxicidad: Las propiedades de los nanomateriales, tales como área de la superficie, composición química, tamaño, forma o carga, tienen una influencia importante en sus propiedades toxicológicas. Por tanto, estos nanomateriales pueden ser igual o más perjudiciales que las partículas o fibras de escala no nanométrica del mismo material.
En los puestos de trabajo la vía de entrada más común de las nanopartículas en el organismo es la vía inhalatoria, especialmente si se trata de un material poco soluble, aunque no hay que descartar la dérmica y la ingestión.
Vía inhalatoria: los nanomateriales inhalados, dependiendo de su tamaño, forma y composición química, son capaces de penetrar y depositarse en los diferentes compartimentos del aparato respiratorio.
Vía dérmica: hay estudios que sugieren que este tipo de partículas pueden penetrar a través de los folículos pilosos, donde los constituyentes de las partículas pueden disolverse en condiciones acuosas y penetrar a través de la piel.
Vía digestiva: no se han descrito efectos específicos para la salud relacionados con la ingestión de nanopartículas que puede tener lugar debido a malas prácticas higiénicas.
Medidas de prevención
El primer paso para el control del riesgo es la aplicación del principio de sustitución, aplicable también a los procesos (prioridad del húmedo frente al seco) y a equipos antiguos u obsoletos.
Disponer de instalaciones seguras, teniendo en cuenta la reglamentación vigente, con el fin de eliminar situaciones de riesgo.
El principal método de control para evitar emisiones de nanopartículas es el encerramiento del proceso. Las operaciones de riesgo deben realizarse preferiblemente en circuito cerrado; si ello no es posible, en locales cerrados y equipados con sistemas de ventilación que eviten el paso de la contaminación a otras áreas. Cuando el proceso genere mucha contaminación que no sea controlable debe procederse a aislar a los trabajadores que pueden utilizar sistemas de control remoto para controlar el proceso.
Cuando no se pueda trabajar en circuito cerrado la captación de estos contaminantes en el foco de emisión mediante la extracción localizada, será la opción más eficaz para evitar su propagación en el ambiente de trabajo y evitar la exposición de los trabajadores.
Algunas normas de trabajo como las que se detallan a continuación pueden ayudar a minimizar la exposición a nanomateriales:
- No guardar o consumir comida y bebidas en el puesto de trabajo
- Prohibir la aplicación de cosméticos en lugares donde se manipulen, usen o almacenen nanomateriales
- Disponer de lavabos para lavarse las manos y promover los hábitos de utilizarlos antes de comer o al dejar el puesto de trabajo
- Quitarse la ropa de protección o batas para acceder a otras áreas de trabajo como administración, cafetería, sala de relax, etc.
- Facilitar las duchas y el cambio de ropa para prevenir la contaminación de otras áreas de forma inadvertida debida al transporte de los nanomateriales a través de la ropa y de la piel
- La exposición dérmica a nanopartículas puede conducir a la penetración directa de éstas a través de la epidermis, por ello es necesario tomar medidas para evitar esta exposición a través de la piel utilizando guantes adecuados, tanto cuando se manejen nanopartículas en estado sólido como en solución y fase gas. Los guantes utilizados cuando las nanopartículas están en suspensión en un líquido deben tener además una buena resistencia al mismo